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La historia de Tania SantaMaría bien podría ser un excelente guion para una película o un libro de esos de motivación o de emprendimiento que tanto gustan a las nuevas generaciones, y que engrosan el sobrevalorado término de emprendedor. Ese alguien que desarrolla de repente una idea, rompe esquemas y crea un producto o servicio exitoso.

Esto fue lo que precisamente hizo Tania SantaMaria, materializar un proyecto o modelo de negocio en el mundo de la estética, que visualizó desde que era una estudiante universitaria, en tiempos en los que se carecía de internet, redes sociales y el acceso a la tecnología era casi nulo. Sin embargo, a ella la define la pasión y la persistencia por sus sueños, los cuales no abandonó durante más de 20 años y hoy, con esfuerzo, disciplina y sacrificio han dado sus frutos. 

 

Tania no nació en cuna de oro, por el contrario tenía todo en su contra para destacarse en medio de una sociedad excluyente y en un mercado agresivo como es el de la belleza en la República Dominicana. Ella tenía claro que al ser mujer, humilde y afrodescendiente su esfuerzo debía ser mayor, así que se propuso metas profesionales a corto, mediano y largo plazo, que le daban el impulso diario para ir construyendo su sueño: “Trascender en la industria del estilismo y escribir su propia historia”.

 

Una historia que comenzó cuando siendo niña, al cuidado de sus hermanas, se dedicaba a peinarlas con esmero, descubriendo el cuidado del cabello desde sus principios más básicos.

Ávida de conocimiento, trabajadora, curiosa e intensa, tuvo su primer trabajo en un salón de belleza donde fue implementando, empíricamente, un hilo conductor profesional que inició desde el nivel más bajo de la pirámide en el mundo de las grandes peluquerías y donde le dio a cada tarea (lava cabezas, recepcionista, encargada de productos, peinadora, etc), un valor operativo, logrando desmenuzar cada procedimiento, tomando nota de el cómo y el por qué se realizaban y las oportunidades de mejora tenía cada uno.

Con su puño y letra escribía en un pequeño cuaderno el paso a paso de cada una de las tareas asignadas, sus interrogantes, y qué podría cambiar para hacer cada proceso más efectivo. Con los años y la experiencia, actualizaba sus anotaciones, recopilando cada nuevo conocimiento, convirtiendo en ese trabajo documentado en la hora de ruta de su vida. Paralelo a ese aprendizaje y con la certeza de que en un futuro necesitaría de una estructura más sólida, fortaleció el esquema que tenía en su cabeza con la carrera de Mercadeo. Así, cuándo llegará el momento de materializar su sueño, las herramientas académicas también soplaran a su favor.

 

Tania trabajo 18 años en una de las franquicias más importantes del mundo de la belleza, aprendió de los mejores, se formó con los grandes estilistas de Europa y con los años le llegó el momento de ser ella quien dirigiese nuevos proyectos locales de gran éxito. Sin embargo, esto no era suficiente, el sueño que venía tejiendo desde que tenía 17 años aún no sé concretaba. Pero como todo en la vida tiene un propósito, poco a poco lo sembrado empezó dar su cosecha y hace tres años logró la independencia total, abriendo un novedoso y completo espacio, que más que un centro de belleza es un refugio. Un salón boutique en el corazón y centro financiero de la capital de República Dominicana, donde cada necesidad es atendida de manera personalizada y única, marcando una gran diferencia en el mercado y destacándose entre la competencia por su modelo diferencial en el cuidado de todos los detalles de los procesos de la estética y peluquería

 

El conocimiento adquirido por esta mujer en su país natal, en Italia, España y otras cunas de la belleza del primer mundo, imprimen un sello diferencial en cada servicio ofrecido en

Tania SantaMaria, un universo de belleza que lleva el nombre de su fundadora y propietaria, creadora de una completa marca de belleza.

 

Posicionado como uno de los mejores salones de la ciudad, Tania SantaMaria no renunció al deseo que su modelo de negocio fuera más allá de un espacio de belleza. Ella, que se denomina estilista, creativa y asesora de imagen, es generadora de tendencias a través de la estética, reinventando el formato de la peluquería. Así que se retó a ofrecer nuevas propuestas de productos. Sus años dentro del sector le permitió conocer a profundidad las cualidades y principios activos de los cosméticos usados en la industria, los laboratorios más especializados, y las necesidades de mercado. Así, de la mano del reconocido laboratorio italiano G3 Beauty Kult desarrolla la marca TSM, con 14 líneas para el cuidado del cabello, producidos con la más alta tecnología nanomolécular.

 

Toda esta incansable labor y su ejemplar modelo de negocio han sido recocidos por la xxxx, la asociación de belleza más antigua en Estados Unido, siendo la primera latina y dominicana en ser miembro de la misma. Este importante reconocimiento le ha motivado a dar un paso más en su carrera, la internacionalizar la marca TSM y llevarla a nuevos mercados, presentando sus líneas de producto en Estados Unidos y brindar una nueva experiencia en el cuidado capilar a las mujeres latinas, anglosajonas y afrodescendientes de norte américa.